Dicen los historiadores que uno de los primeros métodos que empleaban nuestros ancestros para distinguir a las altas clases sociales era la vestimenta con objetos estéticos y exclusivos como elementos únicos y distintivos del resto. Esta técnica no era, ni más ni menos, que la rudimentaria joyería de la época.
Miles de años después, los artículos de lujo siguen generando un poderoso magnetismo y atracción entre la sociedad, como nos recordó la mismísima Marilyn Monroe con su canción “Diamonds are a girl´s best friend”.
En un mundo cada vez más consumista, con un creciente número de personas adineradas en los países emergentes y con las redes sociales como escaparate perfecto, el sector del lujo está lejos de tocar techo. Más bien todo lo contrario, ya que hablamos de un sector que mueve 260.000 millones de dólares anualmente, y del que se prevé que siga creciendo en ingresos durante los próximos años.
Desde la perspectiva de un inversor, cabe preguntarse cómo funciona esta industria y si tiene sentido incluir esta temática en una cartera.
Según datos de un estudio de Credit Suisse, el número de millonarios en el mundo se ha triplicado desde el año 2000, y eso que ha habido una crisis financiera de por medio. Esta cifra crece año tras año y sitúa el número de estos privilegiados en 36 millones a lo largo de todo el globo.
De aquí se puede sacar otro dato que puede producir escalofríos, y es que según Oxfam, el 1% de la población más rica posee el 50% de la riqueza mundial.
Parece evidente que los millonarios que engrosan esta lista son carne de cañón para las empresas que ofrecen productos y servicios considerados de lujo.
Sin embargo, no solo de ricos se nutre la industria. En una reciente entrevista, el CEO de LVMH reconocía que más que en la alta costura, su empresa obtiene los mayores márgenes en artículos de perfumería, accesorios o maquillaje que llevan a los consumidores a pagar 20 euros por un simple pintalabios.
¿Es un buen momento para invertir?
Teniendo en cuenta que EE.UU. acaba de cumplir una década de expansión económica, el periodo más largo desde 1854, sería lógico tener dudas sobre el modo en que una próxima recesión podría afectar al sector.
Aunque estas dudas son legítimas, lo cierto es que el principal motor de crecimiento de este mundillo son las clases adineradas de países emergentes en Asia y Latinoamérica. De hecho, el 80% de las ventas de artículos de lujo en Europa y EE.UU. son en realidad de turistas procedentes de estos países. Mientras China siga creciendo a ritmos superiores al 6%, el público objetivo de las empresas enfocadas al lujo seguirá aumentando.
Es un sector muy particular que suele resistir mejor a los vaivenes del ciclo económico y que a diferencia de lo que se pudiera pensar, se comportó muy bien en los peores momentos de la crisis iniciada en 2008.
Además, sigue habiendo empresas que cotizan a valoraciones atractivas. A grosso modo estas compañías trabajan con márgenes muy elevados, generan muchísima caja y en términos generales están muy saneadas al contar con bajos ratios de endeudamiento.
No todo es ropa de marca
Aunque solemos asociar el consumo de bienes de lujo con la moda y las joyas, hay un sinfín de segmentos o nichos de mercado que se favorecen de este afán de ostentación de unos cuantos adinerados. Desde medios de transporte como coches de alta gama, yates o jets privados, hasta las viviendas de alto standing donde viven o los hoteles cinco estrellas donde se alojan.
Dentro del campo de la alimentación, las destilerías también tratan de sacar tajada ofreciendo bebidas premium y experiencias culinarias. Como no, el gusto por las obras de arte siempre ha sido una de las características de las clases más pudientes, por lo que en la siguiente lista de empresas relacionadas con el lujo no puede faltar la casa de subastas Sotheby’s, recientemente adquirida por un magnate francés.
A continuación podemos ver una lista de algunas de las grandes empresas del sector del lujo que cotizan en bolsa:
El caso de LVMH merece un comentario aparte, ya que en apenas cuatro décadas su presidente Bernard Arnault ha convertido a una empresa que estaba al borde de la quiebra en el mayor imperio de lujo del planeta. Dicen que puso su mirada en este sector en un viaje a Nueva York, cuando al preguntarle a un taxista qué sabía de Francia, este desconocía que Georges Pompidou era el presidente de la República, pero conocía perfectamente a Christian Dior.
Nuevas tendencias en el mundo del lujo
De unos años a esta parte, el sector está sufriendo una progresiva transformación que hace que cada vez primen más las experiencias, y menos los bienes materiales en sí. Esta tendencia podría intensificarse a medida que los millenial vayan teniendo más poder adquisitivo ya que se trata de un colectivo más proclive a gastar en servicios que en bienes materiales.
El avance de la tecnología también ha tenido que ver con esto, al haber dado pie a la proliferación de apps especializadas en venta de productos de lujo de segunda mano, o incluso a servicios de alquiler de trajes de alta costura y joyería exclusiva. Por tanto, se podría decir que ese ‘prestigio’ que otorgaba llevar bienes de lujo ha ido descendiendo con el paso del tiempo.
Cómo tener exposición al sector de lujo en una cartera de inversión
La manera más intuitiva de hacerlo es comprar directamente acciones de algunas de estas empresas que hemos listado anteriormente, pero para invertir de una manera más diversificada lo más indicado es realizarlo mediante fondos de inversión o ETF.
A nivel de ETF existen pocos con distintivo UCITS y por tanto son escasos los que se comercializan en España. Sí que está disponible uno de Amundi (ISIN LU1681048630) que replica el índice S&P Global Luxury NR USD.
A nivel fondos de inversión la oferta es más amplia, siendo algunos de los más conocidos:
GAM Multistock Luxury Brands Eq EUR E (LU0329430986)
NN (L) Prestige & Luxe X Cap USD (LU0546849919)
Pictet-Premium Brands P EUR (LU0217139020)
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