El verano está a la vuelta de la esquina. En unas semanas, las playas españolas estarán llenas de turistas ávidos de sol, baños, chiringuitos y momentos para desconectar y pasarlo bien tras un año de duro trabajo. De hecho, este éxodo de la ciudad ya ha comenzado, pues el buen tiempo que hizo durante la primavera ha hecho que las localidades de costa hayan recibido visitantes antes de lo normal.
Pero el verano, es el verano. Y las escapadas de fin de semana o puente no pueden igualar a lo que suele ser un mes de asueto sin saber nada de jefes, proyectos, correos electrónicos o llamadas a deshoras. Por ello, normalmente los ciudadanos planean con meses de antelación sus ansiadas vacaciones, aunque también es muy típico del carácter español dejarlo todo para el último momento…
Sea como sea, si hay algo que no falla en las vacaciones es el gasto. Porque dejar nuestro lugar de residencia durante unos días y viajar fuera conlleva gastos, mayores o menores en función del destino. Por ello, esta época suele ser en la que más dinero nos dejamos durante el año, pues cuando estamos disfrutando de la playa -o el lugar elegido- nos volvemos más ‘generosos’ -o derrochadores- y gastamos lo que no hemos gastado el resto del año.
Eso implica que muchas veces volvamos a casa literalmente en números rojos, lo que nos hace afrontar la famosa cuesta de septiembre con más pena que gloria. Y es algo que se suele repetir verano tras verano. Pero éste verano puede ser tu cambio de tendencia, para lograrlo te dejamos algunos ‘tips’, para que aprendas de los fallos del pasado y puedas hacerlo bien este año.
El verano se empieza a planificar después de Navidad
Tengamos claro, de antemano, que lograr ahorrar en verano no es nada fácil. Hay demasiadas tentaciones disfrazadas de planes y rebajas que suelen llevarnos por el mal camino. Pero con determinación, constancia y algo de fuerza de voluntad, se puede conseguir. Ya sabes, en la vida, todo es proponérselo.
Para empezar, hay que ir pensando en el verano durante diciembre. Sí, una vez pasada la Navidad conviene ir planeando los viajes de verano para empezar a ahorrar con tiempo, pues así tendremos lo suficiente para las vacaciones sin tener que tirar de la paga extra de verano o gastar de más un mes determinado. Y si para eso vamos ya tarde, lo mejor es ser realistas y dejar ‘ese gran viaje soñado’ -y muy caro- para el año siguiente y ajustarnos a las posibilidades de este año.
Hay planes de viajes buenos y baratos
Es imprescindible ser consecuente con lo que se tiene ahorrado para las vacaciones y no gastar de más o pedir un crédito rápido, pues nos pesará mucho en el futuro. Además, hoy en día hay muchos planes buenos y económicos gracias al desarrollo tecnológico y a iniciativas de economía colaborativa que permiten viajar a menos precio y vivir otro tipo de experiencias. Si vas con el dinero justo para las vacaciones, haz uso de ellas y cambia el hotel de 5 estrellas por una casa compartida con su dueño, un apartamento con más gente o intercambia tu casa con alguien que quiera visitar tu ciudad.
Presupuesto, ¿cuánto podemos gastar cada día del verano?
Otro gran fallo que cometemos en verano del que deberíamos aprender sucede a la hora de comer. Para cada comida del día, si no se tienen contratadas en el hotel, solemos ‘ir a lo grande’, dándonos un buen homenaje, yendo al local más prestigioso del lugar y pidiendo comida como si no hubiera un mañana. Evidentemente, es lógico darse un buen capricho comiendo cuando estamos de vacaciones, pero hacerlo por sistema todos los días y en todas las comidas solo puede perjudicar a nuestro bolsillo y también a nuestra salud, pues los famosos kilitos del verano se pueden ganar en tiempo récord.
Es importante, para ello, hacerse un presupuesto para las comidas y ajustarse a él, actuando con cabeza y no gastando todo de golpe, sino administrándolo para que dé para todos los días que se está fuera y no nos haga gastar de más cuando se puede comer rico y bien de forma económica.
Igual sucede con el resto de actividades que se hagan en esos días, es mejor llevar el dinero ya previsto y no tirar de tarjeta todo el rato. Si nos organizamos con una especie de ‘planning’ -que no tiene por qué ser inamovible- para las vacaciones, podremos administrar mejor el dinero que si vamos a lo loco.
Usando la tarjeta de forma consciente
Respecto al tema de la tarjeta de crédito, hoy en día es raro que alguien se lleve una elevada cantidad de dinero de viaje con el riesgo que supone sufrir un robo. Por ello, lo más cómodo es usar la tarjeta, que cada vez utilizamos más para todo. Por lo tanto, para que no acabe convirtiéndose en un pozo sin fondo, conviene ponerle un tope para esos días y no superar determinada cantidad o contratar una específica para este tipo de gastos, donde destinar dinero para cuando salimos fuera de casa, con la cantidad máxima que queremos gastar. Así no corremos el riesgo de tirar de ahorros. Igualmente, a la hora de sacar dinero hay que intentar no tener que pagar comisiones que al final pueden hacernos un buen roto, sobre todo fuera de España. Para ello, por ejemplo, la tarjeta MasterCard Debit de Self Bank permite sacar dinero en cualquier parte del mundo sin cantidad límite y de forma gratuita una vez al mes.
Tu teléfono, una herramienta de ahorro para el verano
En los pequeños gastos puede estar la clave del éxito ahorrador en vacaciones. Hay que poner el mismo cuidado en estos días que en el resto del año y mantener esos hábitos que logran que podamos ahorrar a final de mes. Buscar buenas ofertas, comparar precios, no actuar por impulso y preparar un buen presupuesto antes de iniciar el viaje. Y, por supuesto, ayudarse de las nuevas tecnologías, con apps que nos ayuden a ahorrar cuando vamos de vacaciones, que las hay. Por ejemplo, las que te controlan los gastos, las que te dicen dónde puedes sacar dinero sin comisiones, las que reparten los gastos en grupo… Ahora, ahorrar con la ayuda del ‘smartphone’ es más fácil que nunca, ¡no dudes en hacer uso de él en estas vacaciones!
Porque al final, pasar un verano placentero, sin privarse de nada pero con cabeza, es solo cuestión de actitud. Si vamos concienciados de antemano, conseguiremos tener un gran verano sin dejar la cuenta a cero.