Pese a que aún estamos lejos de niveles de países avanzados como Estados Unidos, Gran Bretaña o los países nórdicos, cada vez hay más gente que se interesa por la inversión en activos financieros como una posibilidad real donde invertir una parte del ahorro generado.
Esto viene motivado principalmente por tres razones:
- La caída de la rentabilidad de la renta fija y los depósitos.
- La proliferación de más entidades que ofrecen servicios con comisiones de brokerage ajustadas para la compra directa de acciones, como la cuenta sin comisiones de custodia de Self Bank.
- Los problemas de credibilidad de inversiones tradicionales, como fueron en su día las preferentes y la deuda subordinada.
Pero la gran pregunta que se hacen aquellos que quieren iniciarse es si deben hacerlo de golpe o es más conveniente ir haciendo aportaciones con diversificación temporal.
Factores a tener en cuenta
Antes de analizar qué puede ser más óptimo, debemos tener claras algunas consideraciones previas.
El producto
No es lo mismo si queremos invertir en fondos de inversión o ETF, que formar una cartera de acciones. Los fondos y ETF por definición son productos diversificados, y si se trata de fondos de gestión activa, es de esperar que el gestor también haga ese trabajo de amoldarse a la situación de mercado.
Los costes
Relacionado con el producto. En los fondos de inversión no hay costes de compraventa, y por tanto, no tenemos ningún prejuicio en forma de sobrecostes por operar más. En cambio, si compramos acciones o ETF, tenemos que pagar unas comisiones y unos cánones en cada operación.
El ciclo de mercado
Aunque nunca se sabe cuándo es el pico o valle de mercado, sí sabemos que la economía por definición es cíclica, por lo que invertir en 2007 era más peligroso que hacerlo en 2003, por pura estadística. Siguiendo esa lógica, invertir en 2018 tiene más riesgos de encontrarse con caídas cercanas que en 2016, 2015 o 2014.
Invertir de golpe
La mayoría de grandes inversores y gestores de fondos dicen que el mejor momento para empezar a invertir es ayer, ya que de lo contrario tenemos un potencial coste de oportunidad por tener el dinero en activos no reales, que se verá consumido inevitablemente por la inflación.
El problema es que si nos equivocamos, necesitaremos mucho más tiempo para que nuestra inversión sea realmente positiva, aunque hoy en día ningún inversor paciente debería perder dinero. De hecho, el peor inversor, aquel que invirtió todo su dinero en el pico de 2007 debería estar ganando dinero (salvo que invirtiera todo en empresas que hayan quebrado, lógicamente).
Quizás, si optamos por esta vía lo más complicado es mantenerse firme cuando lleguen las caídas, puesto que al haber invertido todo el capital, es fácil que la caída en cuenta al nominal sea más relevante, y para alguien poco habituado a la inversión en productos de renta variable puede ser complicado mantener la calma.
Invertir con aportaciones periódicas
Es una forma menos radical de actuar y que nos asegura que el precio medio de nuestras compras nunca será ni el mejor ni el peor.
El reto en este caso es mantener la disciplina, y sin duda, si se opta por esta vía quizás la mejor opción sea hacerlo mediante fondos de inversión, que además nos permiten automatizar el proceso para que nosotros no tengamos que hacer nada, sino que recurrentemente tendremos un cargo en la cuenta, mediante el que se realizará la aportación a las inversiones.
La importancia de la psicología y el método
En otras ocasiones hemos comentado que, para que nuestras inversiones a largo plazo sean provechosas, es mucho más importante tener un plan, seguirlo y tener resistencia psicológica, más que grandes conocimientos financieros sobre los mercados.
En la inversión se ponen de manifiestos muchos sesgos cognitivos que dificultan al inversor particular tomar las decisiones que son más favorables para sus intereses.
Si miramos únicamente la rentabilidad, la mejor opción debería ser invertir todo de golpe, pero para olvidarnos y no tocarlo. De hecho es famoso el estudio de Fidelity en el que los mejores inversores son los que se olvidan de sus inversiones (en muchos casos fallecidos).
Sin embargo, la mejor forma de invertir es la que nos hace estar tranquilos con ella y podemos dormir a pierna suelta, y para alguien poco habituado a los vaivenes del mercado, invertir poco a poco puede ser menos traumático.