Empieza el curso, y suele ser el momento elegido por muchos para poner en práctica los buenos deseos acumulados durante las vacaciones. En algunos casos, se busca perder peso para tener mejor aspecto físico, pero mucha gente simplemente persigue mejorar sus hábitos alimenticios para encontrarse mejor.
Qué es una dieta saludable
Realmente no hay una clasificación clara sobre la dieta más saludable o el mejor/peor alimento. La clave se encuentra en el equilibrio y la variedad.
Pese a ello, hay elementos comunes en las recomendaciones de la mayoría de expertos. Una dieta saludable nos proporciona los nutrientes necesarios para tener energía y encontrarnos bien. Algunos puntos en común son:
- Variedad: es importante comer muchos alimentos diferentes y con cocciones diferentes, ya que eso facilita que alcancemos nuestros objetivos.
- Personalizada: debe estar adaptada a nuestra realidad diaria. No es lo mismo que nos pasemos el día sentados en una silla que estar en continuo movimiento. Además, dependerá de nuestra situación personal.
- Equilibrio: además de variada, debe ser equilibrada entre los tipos de alimentos. No podemos ingerir el 100% en alimentos ricos en hidratos de carbono o en proteínas, debe ser una combinación adecuada.
Cuáles son las dietas más sanas
De nuevo, hay multitud de dietas, y multitud de defensores de unas y otras, pero vamos a comentar 3 dietas muy de moda.
Dieta mediterránea
Básicamente centrada en España, Italia y Grecia. Se fundamenta en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y aceite de oliva. Incluye carne y pescado, principalmente a la plancha.
Como vemos, no es una dieta cara, ya que se fundamenta principalmente en productos de proximidad, legumbres, vegetales y frutas. Además, como aboga por carnes blancas, es mucho más económica que otro tipo de dietas.
Dieta nórdica
Basada en las dietas provenientes de la mayoría de países nórdicos: Suecia, Dinamarca, Noruega, Islandia o Finlandia. Se calcula que implica un consumo de carne 35% inferior a la media y el 75% de productos utilizados son orgánicos. Sustituye el uso de aceite de oliva por grasas.
Para alguien que reside en España puede considerarse como una dieta “Premium”, ya que usa alimentos orgánicos, salmón, carnes y pescados. Además, al ser productos menos habituales en nuestros supermercados, siempre pagamos un extra.
Dieta japonesa
La expansión de la cultura asiática es un hecho, y la gastronomía no puede ser menos. Japón es el país con mayor longevidad el mundo, y su alimentación tiene influencia en ello. Como en la mayoría de países asiáticos, el arroz es un elemento básico de su día a día y, en cambio, reducen enormemente la carne roja, los cereales y azúcares refinados y los lácteos.
La base de esta dieta es el arroz y, al contrario de lo que creemos, el pescado crudo no es habitual en la dieta japonesa. Sí lo son la carne de cerdo o pollo. Por tanto, la dieta tradicional japonesa es más barata de lo que mucha gente se piensa.
Cuánto cuesta hacer una dieta sana
Una dieta sana puede ser muy barata o muy cara. En la parte barata encontramos la apuesta por productos de proximidad, básicamente frutas y verduras sin cocinar. Suelen ser productos relativamente baratos y, a cambio, suelen requerir más tiempo de preparación o al menos imaginación para combinarlos.
En cambio, si optamos por productos menos comunes, orgánicos o ya preparados, el precio se dispara. Actualmente, el abuso de las comidas precocinadas es uno de los grandes enemigos de la comida sana, y también de nuestra economía familiar, ya que suelen ser mucho más caros que los productos naturales que cocinamos nosotros mismos.
Lo que realmente dispara el coste son productos exóticos o productos considerados dietéticos y orgánicos. Los productos frescos que podemos encontrar en el mercado de toda la vida son asequibles a cualquier bolsillo.
Otros extras
Hemos visto el coste directo de hacer una dieta, el asociado a la comida propiamente dicha, ahora vamos a ver otros costes que pueden ir surgiendo.
Complementos y suplementos de las dietas
Es muy frecuente que haya multitud de suplementos que nos pueden ayudar en nuestro día a día y que son un añadido a la dieta saludable. Por ejemplo, aceites de pescados ricos en ácidos grasos esenciales, suplementos de omega 3 y omega, prebióticos y probióticos, ácido fólico o magnesio. Evidentemente, muchos de ellos suelen ser bastante caros.
Seguimiento y control de la dieta por un médico o por un nutricionista
Finalmente, ponernos en manos de un médico o nutricionista puede ser buena idea, si preferimos no tener que comernos la cabeza sobre cómo construir la dieta que nos conviene, y traducir eso en una propuesta de platos para ingerir. A cambio de no invertir nuestro tiempo, tendremos que tener en cuenta el coste por visita que puede tener este profesional, aunque actualmente también se pueden encontrar packs más económicos o incluso profesionales que ofrecen sus servicios por internet, de forma que se eliminan muchos costes fijos y eso permite ofrecer precios más competitivos.
En ambos casos, son conceptos que pueden disparar enormemente el coste de hacer dieta, ya que incluso algunos nutricionistas nos proponen dietas que llevan asociadas productos y complementos que disparan notablemente el coste.
En conclusión, seguir una dieta mediterránea es algo al alcance de todos los bolsillos y que no requiere de muchas complicaciones. Ahora bien, si queremos seguir alguna dieta de alguna celebrity, de la mano de algún experto, y que lleve asociado muchos complementos, nos puede salir muy caro.