En el análisis técnico, se conoce como GAP o hueco una zona del gráfico de la cotización de un activo en la que no ha habido ni oferta ni demanda del mismo. Es decir, visualmente es una zona por la que el precio del activo no ha pasado, habiéndose saltado esas cotizaciones directamente por algún motivo.
Esas zonas en las que no se cruzaron operaciones en el mercado tienen un interés especial para los inversores que se guían por el análisis técnico, ya que en función de hacia dónde haya “saltado” la cotización del activo dejando ese hueco el mercado proporciona pistas sobre qué se puede esperar a partir de ese hueco.
De este modo, los gaps alcistas (el precio deja un hueco para seguir cotizando a valores más elevados) tienen connotaciones de fortaleza en el activo en cuestión, mientras que por el contrario los huecos bajistas (el precio deja un hueco para continuar cotizando a precios inferiores) pueden evidenciar debilidad en ese activo.
Además de servir como indicadores del sentimiento del mercado, los huecos resultan muy interesantes a nivel técnico ya que suelen comportarse de un modo muy característico desde su formación. De este modo, es un principio fundamental de inversión ese que afirma que los huecos siempre tienden a ser “llenados” posteriormente, y son diversas las estrategias de inversión que se ejecutan bajo esta premisa.
El gap que ocasionó el Brexit en el Ibex
Fuente: Gráfico Yahoo Finance y elaboración propia
Como anécdota de uno de los gaps más significativos que ha visto el Ibex 35 en su historia, el viernes posterior a la confirmación del Brexit el selectivo español abría en 8.257,40 puntos, cuando el jueves había cerrado en 8.885,30.
Se trata de un gap bajista de nada más y nada menos que 621,70 puntos y que durante las semanas posteriores al Brexit ha estado actuando de resistencia para el precio, otra de las características técnicas de los huecos una vez se forman.