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¿Cuál es el límite para pagos en efectivo?

La limitación de los pagos en efectivo ha cambiado recientemente. Pero, ¿cuál es el límite para pagos en efectivo en España? ¿En qué condiciones se aplica el límite? ¿Cómo evitar sanciones de la Agencia Tributaria? Lo explicamos a continuación.

¿Cuál es el límite de los pagos en efectivo?

La norma en vigor desde 2012 fue modificada por la Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal. La nueva ley fija el límite para los pagos en efectivo a partir de 1.000 euros. Así, que los pagos iguales o superiores a 1.000 euros no podrán realizarse de esta manera. A tener en cuenta:

  • Esta limitación se aplica cuando al menos una de las partes intervinientes en la operación es un empresario o profesional y no entre dos particulares.
  • No se puede fraccionar una compraventa que sea de 1.000 euros o superior, pagando una parte en efectivo. Por ejemplo, si la compra es de 1.500 euros, no se podrían pagar 500 euros en efectivo y 1.000 por transferencia.
  • El importe límite asciende a 10.000 euros si la persona física que paga es no residente en España.
  • Se consideran como medios de pago en efectivo los billetes, monedas y cheques bancarios al portador.
  • Las operaciones de 1.000 euros o más deberán conservar el justificante durante 5 años, por si se los requiriera la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT).

¿Por qué se limita el monto de los pagos en efectivo?

La limitación de pagos es una medida para luchar contra la elusión fiscal. En el año 2012 se estableció el límite en 2.500 euros y la nueva ley de 2021 ajusta más esta cifra, con la intención de evitar, en lo posible, que haya operaciones que se escapen al control de la hacienda pública y no tributen lo que corresponde.

¿Cómo afecta en nuestra vida diaria esta limitación?

No es una limitación que afecte especialmente a la mayoría de las personas en la vida diaria, puesto que el límite de 1.000 euros sigue siendo lo suficientemente elevado para gran parte de las transacciones.

No obstante, hay que considerar que las operaciones que sobrepasen los 999,99 euros no podrán ser abonadas en efectivo, ni siquiera en parte. Un ordenador de cierto nivel, la compra de unos muebles, un móvil de alto standing o una reforma en casa, por ejemplo, tendrán que ser pagadas mediante tarjeta, transferencia u otros medios en los que quede constancia de los participantes en la operación.

Cómo se sanciona el incumplimiento de la limitación de pagos en efectivo

Además, es importante destacar que el incumplimiento de esta norma supone una infracción administrativa grave, y ambas partes, compradora y vendedora, son responsables solidarios de dicho incumplimiento, por lo que la sanción de la Agencia Tributaria podrá ir indistintamente contra cualquiera de ellos o contra los dos.

La base de la sanción es la cuantía pagada en efectivo, y la multa es de un 25% de dicho importe.

También hay que destacar que si una de las dos partes denuncia la operación a la AEAT en los tres meses siguientes, facilitando los datos de la misma y de la otra persona interviniente, quedará exonerada de dicha responsabilidad y libre de la sanción.

¿Hacia dónde vamos?

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La limitación al máximo de los pagos en efectivo es una medida que contribuye a la reducción del fraude fiscal, ya que las transacciones electrónicas tienen una trazabilidad y son rastreables por parte de Hacienda, por lo que no sería descartable en el futuro que los límites se redujesen aún más.

No obstante, la aprobación de esta norma en 2021 ya trajo consigo cierta polémica, ya que algunos organismos, como el propio Banco Central Europeo (BCE), consideraban el límite de los 1.000 euros ya era demasiado bajo, al reducir la libertad de los ciudadanos para elegir cómo pagar.

En cualquier caso, la tendencia general es hacia la paulatina desaparición del dinero en efectivo, y ya desde 2016, el importe de los pagos con tarjeta supera al de las retiradas en efectivo de los cajeros.

El crecimiento de los medios de pago digitales parece imparable y, hoy en día, ya es común para la mayoría pagar a través de su teléfono móvil o de su reloj inteligente; tanto es así que incluso el BCE lleva unos años trabajando en la creación del euro digital.

Conforme la población vaya utilizando todavía más los pagos electrónicos, algo que en las nuevas generaciones está más extendido si cabe, la propia limitación del pago en efectivo podría dejar de ser relevante.