¿Qué hay más allá del Ibex 35?

Cuando nos adentramos en el mundo de la bolsa y comenzamos a realizar nuestras primeras operaciones en los mercados financieros, es habitual que pongamos nuestro dinero en aquellos valores que son más conocidos.

En el caso español, la tendencia natural de los inversores noveles (y no tan noveles) a la hora de adentrarse en la operativa bursátil es tomar posiciones en valores del IBEX 35, bien a través de la compra directa de acciones de compañías que forman parte de él, o bien a través de algún fondo de inversión que invierte en ellas.

En cierto modo esto es normal, puesto que cuando no se tiene todavía mucho conocimiento acerca de las alternativas existentes, nos sentimos más cómodos invirtiendo en aquello que conocemos y sobre lo que tenemos fácil acceso a la información (como internet o por prensa especializada, que centra sus análisis en valores que pertenecen al IBEX).

Alternativas de inversión al Ibex 35

Como decimos, el IBEX 35 es solo la puerta de entrada al mundo financiero para un inversor español, pero existen otros muchos mercados, tanto de renta variable como de renta fija, en los que podemos poner nuestro dinero buscando diversificar la cartera de inversión.

Uno de esos mercados es el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). El MAB es el mercado español alternativo de renta variable, que fue creado en el año 2006 con el objetivo de facilitar la consecución de financiación a las empresas de baja capitalización (básicamente PYMES). Es un mercado que está regulado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y en él no solo cotizan pequeñas empresas, sino que también lo hacen otros vehículos de canalización financiera como son las SICAV, las SOCIMI (figura de inversión en inmuebles de reciente creación), así como empresas de capital riesgo.

Otra de las alternativas de inversión que existe consiste en la adquisición de títulos de renta fija privada, la cual se realiza en el mercado AIAF (Asociación de Intermediarios de Activos Financieros).

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El mercado AIAF es el mercado donde el inversor particular puede invertir en productos de renta fija empresarial a través de la intermediación de las entidades de crédito y empresas de servicios de inversión que actúan como conectores entre inversor y empresa.

La emisión de títulos de deuda es una práctica habitual entre aquellas empresas que buscan obtener financiación para llevar a cabo su actividad y que no tienen capacidad para salir a bolsa. Por ello acuden al mercado AIAF a emitir pagarés, bonos, participaciones… Además, en este mercado es donde entes públicos como los ayuntamientos emiten su propia deuda para obtener financiación alternativa a la bancaria. Es un mercado regulado por la CNMV.

Siguiendo con los mercados de renta fija, otro que el inversor debe tener en consideración es el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Debido a la contracción del crédito bancario que hemos vivido como consecuencia de la crisis financiera, muchas pequeñas empresas se han visto obligadas o bien a incrementar su morosidad o bien a cesar su actividad debido a la falta de liquidez necesaria para hacer frente a sus obligaciones.

Como consecuencia de esto, en Octubre de 2013 se crea el MARF, que se configura como una iniciativa para canalizar recursos financieros a un gran número de empresas solventes que pueden encontrar en este mercado una vía para obtener financiación mediante la emisión de títulos de Renta Fija.

Los requisitos de acceso a este mercado son más flexibles que los existentes en los mercados oficiales regulados y permiten una mayor agilidad en la tramitación de las emisiones. De este modo, las empresas que acudan al MARF podrán beneficiarse de una simplificación de los trámites y un menor coste.

Por último, otro de los mercados que todo inversor debe tener en cuenta es el Mercado Español de Futuros Financieros (MEFF), el mercado español regulado de derivados financieros.

En este mercado es donde se negocian los contratos de futuros y de opciones financieras sobre el Ibex 35, acciones que cotizan en el mercado español, y bonos y obligaciones del estado. Dichas negociaciones se realizan tanto para inversión directa como para realizar una estrategia de cobertura de posiciones en otro mercado (normalmente renta variable).

En definitiva, el inversor particular debe ser consciente de que existe vida más allá del IBEX 35, y que puede utilizar otros mercados a su alcance para obtener mayores rentabilidades o simplemente para diversificar su cartera de inversión, pudiendo escoger entre aquellos productos negociados que mejor se ajusten a su perfil de riesgo y estrategia inversora.

Eso sí, no podemos olvidar que algunos de estos mercados no gozan de la misma facilidad de acceso ni de la misma liquidez que el mercado de acciones, lo que supone un inconveniente a la hora de tenerlos en consideración, por no hablar de la menor promoción que se ha hecho de los mismos, por los que no son muchos los inversores que conocen su existencia.