Pledge Fund, un fondo de capital riesgo particular

Su propio nombre indica todo. Pledge, promesa. Y esto es lo que es invertir en startups, invertir en proyectos “prometedores” con la “promesa” de conseguir crecimiento y beneficios. Todo ello lo vemos en los pledge funds, una iniciativa que ya triunfa en Estados Unidos y que desembarca con fuerza en España.

Qué es un Pledge Fund: definición y concepto

La inversión en proyectos de emprendedores es el punto fundamental para su desarrollo y crecimiento. En estos años hemos visto cómo surgen nuevas formas de financiación e inversión entre las que es un pilar fundamental el capital inicial que le den los recursos y estabilidad inicial. Invertir en capital semilla se puede hacer de diferentes formas, con sus puntos a favor y sus puntos en contra.

Por un lado, tenemos la figura de los “business angels” que son accionistas a título individual de la empresa. Con ello, el inversor gana en flexibilidad, puede seleccionar y elegir el proyecto que más le guste, qué inversión depositar y cuándo retirar la misma. En su contra está el riesgo. Como accionista a tipo particular y miembro del consejo de administración, su responsabilidad puede extenderse a su persona. Además el análisis del proyecto corre de su cuenta.

En el lado contrario están los fondos de capital riesgo. Delimitan la responsabilidad, pero cediendo la toma de decisión a los gestores del fondo, que analizarán y determinarán dónde invertir, perdiendo nuestra capacidad de decisión.

El Pledge Fund busca romper estos inconvenientes: se estructura como un fondo en el que los inversores depositan su dinero destinado a distintos proyectos, pero con la capacidad de decidir dónde invertir y cuándo salir de la empresa.

Cómo funciona

El funcionamiento del Pledge Fund es sencillo. El inversor deposita la cantidad que desee en el producto, normalmente desde unos mínimos establecidos en el contrato. El gestor del fondo recibe o analiza diferentes oportunidades de inversión y se las presenta a cada uno de los inversores. Es en ese momento cuando se puede elegir en qué proyectos depositamos nuestro dinero y cuánto.

El mecanismo de entrada es flexible, el de salida no lo es tanto, aunque no es tan rígido como en los fondos tradicionales de capital riesgo. La aportación de “fondos comprometidos” suele establecerse con la empresa por contrato por un determinado número de años con una especie de compromiso de recompra. A partir del mismo, se puede renovar o no, y con ello salir de esta inversión de forma algo más cómoda.

Qué ventajas y beneficios tiene

Las ventajas para el inversor son más seguridad, asesoramiento, ya que cuenta con una evaluación de los proyectos previa, y el acceso a los mismos, ya que los mínimos de inversión no suelen ser muy altos.

El punto en contra aparece si lo que buscas es formar parte activa del proyecto. Tu aportación de capital no te permitirá formar parte del Consejo de Administración. No tienes tanta facilidad para salir del capital ni tampoco para aumentar las participaciones de la empresa.

Van surgiendo más y casi todos con un perfil generalista. En Estados Unidos ya han dado un paso más y empiezan a surgir muchos productos sectorializados que analizan e invierten en empresas de un determinado segmento, como eficiencia energética, soluciones móviles, etc, ofreciendo además una forma cómoda y fácil de invertir en nuevos proyectos y un mejor conocimiento y análisis de los mismos.