Los perros del Dow, una estrategia de inversión diferente

A principios de año, muchos inversores se replantean sus estrategias de inversión. Tratan de retocar sus carteras para cambiar aquello en lo que se han equivocado o reforzar aquello en lo que han acertado, o que estiman que tendrá una tendencia positiva en el futuro.

Qué es

Los perros del Dow (Dogs of the Dow) es una estrategia de inversión popularizada por Michael B. O’Higgins en su libro Beating the Dow (Batiendo al Dow). Prestigiosas publicaciones, como la revista Barron’s, The New York Times, Reuters, CNN Money, Bloomberg Businessweek o The Washington Post también se han hecho eco de este sistema, que está proporcionando interesantes resultados.

Para qué sirve

La estrategia busca aunar una alta rentabilidad por dividendo con la posibilidad de revalorización que ofrecen determinados valores. Y todo ello, combinado además con un sistema muy sencillo de utilizar. Su simplicidad es una de sus principales características, puesto que la selección de los valores es automática.

Cómo funciona

La estrategia de los perros del Dow consiste en elegir cada año los diez valores con mayor rentabilidad por dividendo del índice. Esto proporciona, al menos, en principio, dos ventajas:

  • Obtendremos dividendos por nuestra inversión.
  • Al escoger las que proporcionan un mayor dividendo es posible que estemos eligiendo compañías que estén infravaloradas

Ya que la rentabilidad por dividendo resulta de dividir el dividendo estimado para ese año/precio de la acción. Esta rentabilidad por dividendo se “normalizaría” en caso de que aumente la cotización de la acción.

Quién lo usa y cómo lo usa

Desde que fuera popularizado por O’Higgins en 1991, el método ha sido seguido por muchos inversores. Aunque inicialmente fue aplicado a los valores del Dow Jones, podría ser utilizado con otros índices, como nuestro IBEX 35, el DAX alemán, el europeo Euro Stoxx 50…

En algunos estudios que se han realizado se ha comprobado que no solo es viable aplicarlo en estos otros índices, sino que también es rentable, ya que se conseguiría batir al mercado (en cualquier caso, es importante recordar que esto no supone ninguna recomendación de inversión y que, como se suele decir, rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras).

La experiencia de Self Bank al respecto confirma esta teoría. Nuestro Departamento de análisis actualiza desde hace años la Cartera Dividendos, que está disponible para los clientes. En esta cartera incluimos al inicio de cada año los 9 valores del IBEX 35 con mejor rentabilidad por dividendo aplicando además un criterio de diversificación sectorial para no incluir demasiados valores de un mismo sector. En los últimos 5 años mientras el Ibex ha logrado una rentabilidad anualizada del 5%, nuestra cartera ha sumado un 11%. Desde que comenzamos a hacerla en 2003 la rentabilidad anualizada de la cartera se sitúa en el 10% en comparación con el 3,6% del IBEX 35.

 

El procedimiento es el siguiente:

  1. A principios de año se compran las empresas con mayores dividendos.
  2. Al comienzo del año siguiente, vemos cuáles son las que en ese momento tienen un mayor pago a los accionistas, y realizamos los cambios pertinentes, comprando las que pasen a estar incluidas entre las mejores, y vendiendo aquellas que hayan bajado de las diez primeras posiciones.

De esta manera, el sistema se convierte en automático, no hay que tomar ninguna decisión.

El método original indica que se haga a principios de año, aunque en realidad, se puede escoger otra fecha de comienzo, siempre que se respete el ciclo de cambios de revisiones de cartera cada doce meses.

En cierta manera, se automatiza un sistema de contrarian investing, pues estaríamos comprando lo que los demás están vendiendo (valores que tienen una alta rentabilidad por dividendo, porque su cotización baja), y vendiendo lo que otros compran.

Resultados de la estrategia

Sin que este apartado suponga tampoco ninguna recomendación de inversión, detallamos a continuación algunos resultados obtenidos por esta técnica:

  • De 1957 a 2003, los perros del Dow obtuvieron una rentabilidad promedio del 14% anual, frente al 11% del índice. Si miramos sólo entre 1973 y 1996, la diferencia es todavía mayor, un 20% para los perros, frente a poco menos de un 16% para el propio Dow Jones.
  • Además, la estrategia de los perros del Dow ha batido durante los últimos siete años, de manera consecutiva, al índice, la mayor racha de la historia.

Acciones de compañías tan conocidas como Verizon, Chevron, Pfizer, IBM, Exxon Mobil, Procter & Gamble o Coca-Cola, formarían parte de esta cartera.

¿Tiene siempre sentido comprar los perros?

La estrategia funciona en piloto automático. La teoría que subyace bajo este método es que son compañías que se encuentran temporalmente infravaloradas, de manera que, una vez que el mercado les asigne su valor justo, proporcionarán interesantes ganancias al inversor.

Además, al escoger compañías del Dow, son en principio empresas sólidas y estables.

Sin embargo, el sistema puede presentar algunos inconvenientes, como:

  • Compañías que presentan una alta rentabilidad por dividendo, pero este no será sostenible en el futuro. En España, hemos tenido varios ejemplos de empresas del IBEX 35 que han recortado notablemente su dividendo en los últimos años. Por ejemplo, Telefónica llegó a dar un dividendo anual de 1,5 euros, con la previsión de alcanzar los 1,75 en los siguientes. Sin embargo, posteriormente lo recortó a 0,75 y hace poco, anunció 0,55 euros para 2016 y 0,40 para 2017.
  • Sociedades que aparentemente tienen una alta rentabilidad por dividendo, pero es como consecuencia de una caída notable de su cotización. Si esta bajada se debe a que su negocio y/o su situación económico-financiera se ha deteriorado, quizás no sea conveniente invertir en ellas.
  • Empresas cíclicas, que pueden presentar en un momento dado un alto dividendo, pero se enfrentan en un futuro próximo a la parte baja de su ciclo.

Teniendo en cuenta estas cuestiones, un inversor podría “matizar” la elección de los perros, practicando un poco de value investing. En lugar de hacerla de forma automática, desechar aquellos valores para los cuales prevea que las dificultades no son coyunturales.

Por otra parte, también hay que reseñar que si estas “correcciones a mano” se generalizan, no se estaría siguiendo la estrategia de los perros del Dow, ya sería otra cosa.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que, como se escogen 10 valores, la equivocación en uno de ellos afectaría sólo a un 10% de nuestra cartera.

 

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