Los minicréditos y el coste del dinero rápido

Seguro que has visto ofertas de dinero rápido en forma de minicréditos que prometen dinero al instante e incluso sin avales. Este tipo de propuestas provienen de compañías especializadas en la concesión de créditos a corto plazo, pero que no son entidades financieras (y por lo tanto, no están afectadas por la normativa que regula a éstas, ni supervisadas por el Banco de España).

Los minicréditos suelen ser préstamos de hasta 600 euros, a devolver en un plazo que suele estar entre los siete y los cuarenta y cinco días. Tras un breve análisis del cliente (puede durar unos diez minutos) algunas empresas conceden préstamos incluso  a personas sin nómina o que figuran en los ficheros de morosos (como ASNEF).

¿Son recomendables este tipo de préstamos? 

Muchas personas acuden a este tipo de financiación cuando surge algún imprevisto para el cual no disponen de liquidez. La rapidez a la hora de la concesión y las pocas garantías que se piden son variables que influyen para que algunos se decanten por esta alternativa. En otros casos, incluso hay quien acostumbra a recurrir a ellos de manera habitual para «tapar agujeros». Sin embargo, antes de llegar ni siquiera a considerar este tipo de solución debemos sopesar también las desventajas, que son muy significativas, y meditar acerca de otras opciones que podemos tener.

Ventajas

  • Concesión rápida y relativamente sencilla.
  • En algunos casos, se conceden mini préstamos a personas que figuran en registros de morosos.
  • No suelen ser necesarios garantías ni avales.

Inconvenientes

  • Tienen un coste muy superior al del mercado, con Tasas Anuales Equivalentes que llegan a superar el 3.000%.
  • En el caso de impago, la cantidad adeudada puede crecer rápidamente, duplicándose en dos o tres meses. A esto se añadirá, además, la inclusión en un fichero de morosos y, en muchos casos, la venta de la deuda a una empresa de recobros, muchas de las cuales utilizan métodos de presión en el límite de lo legal.
  • Se corre el riesgo de «acostumbrarse» a la facilidad que ofrecen (o quedar atrapado en su mecánica), pagando continuamente un elevado coste financiero.
  • Si se rechaza la solicitud, no tienen obligación de explicar los motivos de la negativa.

Alternativas a los minicréditos

La solicitud de un minicrédito debería ser una de las últimas opciones a considerar por las razones anteriormente comentadas. Entonces, ¿con qué opciones contamos si necesitamos disponer de dinero de manera urgente?

  • Recurrir a las clásicas «F’s» de la financiación: familia y amigos (family and friends). Nos puede servir para sortear situaciones puntuales, siempre teniendo en cuenta que, como otro préstamo cualquiera, debe ser devuelto (si no, sería una donación). Para hacerlo bien, hay que formalizarlo en un documento en el que se pactan los intereses (si los hay) , el plazo y la forma de devolución, y presentar este documento ante la Consejería de Hacienda de la Comunidad Autónoma, autoliquidando el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, pero sin pagar nada, ya que es una operación exenta.
  • Anticipos de nómina: El Estatuto de los Trabajadores recoge, en su artículo 29, el derecho a percibir un anticipo a cuenta por el trabajo ya realizado (que se descontaría del cobro a percibir a final de ese mes). Es un derecho que no puede solicitarse de manera habitual (puesto que supone una excepción sobre el momento de liquidación del salario), pero sí puede sacarnos puntualmente de un apuro. Incluso en algunas empresas o en determinados convenios es posible que se contemplen condiciones más ventajosas (por ejemplo, anticipos sobre trabajos futuros).
  • Préstamos nómina: relacionados con lo anterior, muchas entidades ofrecen a los clientes que tienen domiciliada su nómina la posibilidad de obtener un anticipo por importe de varias nóminas (habitualmente, hasta 3), con unas condiciones bastante competitivas y en un plazo reducido de tiempo. Adicionalmente, existen préstamos nómina si se necesitan importes superiores, aunque en este caso, el coste es más elevado y la tramitación puede ser un poco más lenta.
  • Tarjetas de crédito: El pago de lo comprado con la tarjeta a principios del mes siguiente no conlleva el pago de intereses. Pero además, tenemos la posibilidad de fraccionar el pago, de manera que obtenemos financiación adicional. Esto tiene un alto coste que puede estar entre el 15% y el 20% TAE, pero que es muy inferior, como hemos visto, al de los créditos express.

Hablando de tarjetas de crédito, ¿te interesan unos consejos para ahorrar con ellas? En ese caso, pincha aquí.