Los impuestos de la gasolina. ¿Por qué si el petróleo baja un 10% el litro de gasolina baja mucho menos?

En los últimos meses, cuando íbamos a llenar nuestro depósito a la gasolinera, siempre teníamos la esperanza de que veríamos el precio con unas rebajas similares a las que se comentaban en prensa sobre el precio del crudo. En cambio la realidad era muy diferente, y pese a que ha habido bajadas, ni por asomo de una magnitud parecida a las sufridas por el crudo en origen. Vamos a ver el motivo de esta divergencia.

Evolución del precio del petróleo

Hace pocos meses hemos visto cómo el barril de crudo cotizaba en mínimos históricos, por debajo de los 30$, si bien si ampliamos el foco, tampoco es algo tan anormal dado que en 2008 alcanzó niveles muy similares, y antes de 2003 estuvo en estos niveles varios años.

Vemos su evolución desde principios de siglo:

gráfico

Fuente: Bloomberg

Los motivos que han impulsado la bajada son diversos, centrándose las diversas teorías en causas económicas basadas en un problema tanto en la demanda como en la oferta.

  • Demanda: Las nuevas tecnologías (coches eléctricos, energías renovables…) y el hecho del enfriamiento de las economías emergentes son factores que presionan a la baja.
  • Oferta: Incremento del crudo en el mercado, por la creciente importancia de la industria del fracking y otras alternativas. Además, el levantamiento de las sanciones a Irán incorpora un nuevo actor al mercado.

Cómo se forma el precio de la gasolina

El precio de la gasolina, en general, tiene diversos componentes:

  • El propio precio de la materia prima. Para ello se utiliza la media ponderada de las cotizaciones internacionales.
  • Los costes de distribución, los asociados a las estaciones de servicio, costes de transporte del combustible, etc.
  • Por último, el elemento que tiene mayor influencia en la formación del precio final que pagan los consumidores finales son los impuestos: el IVA (21%) y el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH), que tiene un coste absoluto y fijo.

El IEH funciona de forma contraria al IVA. El IVA es un valor proporcional relacionado con el precio final del bien, en cambio el Impuesto Especial de Hidrocarburos no, puesto que tiene un tramo estatal y otro autonómico que son fijos. Por tanto a menor precio del bien, más peso tienen los impuestos en el valor final. Por ello, las fluctuaciones del precio no se ven trasladadas de forma proporcional al tener una parte importante que es inamovible sea cual sea el precio.

Vemos de forma gráfica la estructura de formación de precios:

gráfico2Fuente: El economista

Hay otro factor que a menudo no se comenta al hablar de los precios del petróleo, y es el efecto divisa. El precio del barril de crudo siempre cotiza en dólares, y por tanto el tipo de cambio entre la divisa local y el dólar afectará directamente al precio final del carburante. En este caso, el dólar se ha revalorizado enormemente en los últimos meses, tanto por expectativas de subida de tipos de interés en Estados Unidos como por los sucesivos programas expansivos impulsados desde el BCE para revitalizar la economía.

Otros países

Para ver si esto es algo frecuente en otros países, o algo “typical Spanish” podemos consultar el siguiente link en el que vemos cuál es la práctica habitual en el resto de países de nuestro entorno.

De hecho, si cogemos como ejemplo Alemania, la proporción de impuesto es aún muy superior al caso español, ya que parte de un precio del crudo 10 céntimos más barato, y en cambio el precio final es 5 céntimos más caro, por tanto el neto son 15 céntimos más en impuestos para el estado alemán. De hecho, vemos que el precio del crudo es de los más altos de Europa antes de impuestos, y en cambio, después de impuestos se encuentra en la media europea, pero muy lejos de países de nuestro entorno, como Francia o Italia.

Racional de los impuestos

Muchos pensarán que los impuestos a los carburantes tienen un afán puramente recaudatorio, y en buena medida es así, ya que se trata de un producto de demanda inelástica. El hecho de que el precio suba un 10% seguramente no implicará que el consumo se reduzca mucho, ya que el que tiene que coger el coche o la moto lo hará igual.

Pero además de esa finalidad, esos impuestos tienen también un objetivo de compensación a los efectos negativos (básicamente contaminación), por ello penalizar fiscalmente su uso puede servir para, en cierta medida, neutralizar los efectos colaterales no deseados.