Los aranceles, pagando por traspasar fronteras

En los primeros años de esta crisis, se habló de la liberalización del comercio como uno de los elementos que podía reactivar la economía mundial. Recientemente, hemos visto plasmada esta idea en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP, por sus siglas en inglés), que agrupa a muchas de las grandes economías a orillas de ese océano.

Por su parte, la Unión Europea está ultimando un acuerdo similar con Estados Unidos, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, en inglés), con cierta polémica por la opacidad de las negociaciones y por la posible inclusión de algunos servicios públicos en el mismo.

Ambos tratados persiguen incrementar la actividad comercial entre esas áreas y, con ello, una revitalización de sus economías, planteando, entre otras cosas, reducciones de los aranceles. Pero, ¿qué son y cómo afectan los aranceles al comercio y a la economía en general?

Barreras al libre comercio

A pesar del incremento de la globalización y de las ventajas que supone, los gobiernos de los distintos países tratan de poner ciertos obstáculos a los productos que vienen de fuera. Los aranceles son impuestos que se aplican a los bienes importados desde otros países (en el caso de los miembros de la Unión Europea, para productos que proceden de fuera de ésta, ya que existe unión aduanera), de manera que suponen un incremento directo de su coste, con diversas consecuencias:

  • Al desincentivar el consumo de los productos que provienen del exterior, se protege de algún modo la industria y empleo del país o área económica, y se equilibra la balanza comercial.
  • Además, suponen un ingreso para el Estado, en algunos casos nada desdeñable, y fácil de recaudar.

También presenta algunas desventajas:

  • Las empresas que pretenden exportar deben tener en cuenta los posibles aranceles que les apliquen a sus productos en los países de destino.
  • Se perjudica al consumidor, ya que reduce la competencia en el mercado y, por lo tanto, los productos que va a comprar serán más caros. Los fabricantes nacionales podrán vender sus productos, aunque sean más ineficientes, de manera que no se fomenta la competitividad de esa industria.

Los aranceles a aplicar a una mercancía pueden ser diferentes dependiendo del origen de la misma, puesto que en algunos casos se trata de desincentivar la compra desde determinados países.

Tipos de aranceles

Básicamente, existen tres tipos:

  • Ad valorem: se calculan como un porcentaje sobre el valor del bien.
  • Específicos: se aplican por cantidad de mercancía (número de unidades, litros, kilogramos, etcétera).
  • Mixtos: Serían una combinación de los dos anteriores.

Además, para cada uno de ellos se puede establecer un máximo (de manera que el importe calculado no pueda superar determinado baremo) y un mínimo (que operaría en sentido inverso).