Línea de crédito, la financiación abierta

¿Qué es una línea de crédito? Principalmente es tener la posibilidad de endeudarse hasta un límite determinado, pero sin estar obligados a ello. Simplemente, tenemos esa facilidad crediticia.

A diferencia de un préstamo o crédito normal, esta opción es mucho más flexible, ya que una vez aprobada, podemos disponer del crédito y devolverlo según nos convenga, sin que haya unos plazos, cuotas y calendarios de amortizaciones pautados.

Es especialmente conveniente para financiar gastos corrientes a corto plazo, o lo que se conoce como circulante, no inversiones a medio y largo plazo, ya que en ese caso hay otros productos más adecuados.

Se puede instrumentar de varias formas:

  • Cuenta bancaria con un límite de crédito autorizado. Operativamente similar a tener un descubierto autorizado, es la opción más extendida. Se paga un pequeño interés por el importe no dispuesto. Es la más frecuente.
  • Crédito por disposiciones. Tenemos un límite aprobado, y vamos haciendo disposiciones hasta llegar a ese riesgo máximo, que se abonan en nuestra cuenta corriente.

¿Cuál es la finalidad de tener una línea de crédito y no un préstamo?

Básicamente, se trata de ir resolviendo necesidades puntuales de dinero, tanto para particulares como sobre todo empresas. Por ejemplo, somos una empresa y pagamos a los proveedores para fabricar nuestros productos el día 20 de cada mes, y nuestro cliente nos paga cada día 1 de mes. En ese caso, tenemos una necesidad esos 10 días, pero puede ser que el resto del mes nos sobre dinero. Entonces, ¿para qué pagar intereses por 30 días de mes si sólo lo necesitamos 10?

En el caso de particulares, sería similar: si cobramos el 25 de mes, es posible que cuando falten pocos días se nos agote el dinero y necesitemos financiación para cubrir esa necesidad puntual. Algunos particulares usan erróneamente las tarjetas revolving con ese fin, no siendo un producto diseñado para ello.

Conclusión

Una línea de crédito es una facilidad de endeudarse con un límite máximo y con total flexibilidad, y está pensada para cubrir necesidades puntuales de liquidez, no para tener una deuda estructural que se eternice, ya que para eso es mejor solicitar un préstamo a largo plazo, por el que pagaremos unos intereses mucho más bajos.