Ingresos pasivos, el sueño de muchos

Los ingresos pasivos son un concepto popularizado por el autor Robert Kiyosaki, a través de la publicación de su libro Padre rico, padre pobre. Están relacionados con la libertad financiera, cuestión de la que hemos hablado recientemente en este blog: si conseguimos que nuestros ingresos pasivos superen a nuestros gastos, seremos libres en el ámbito económico, no dependeremos de nuestro trabajo para vivir. Pero, ¿cómo se puede conseguir?

Diversos tipos de ingresos

Si realizamos una auditoría financiera interna, veremos qué alternativas tenemos para aumentar nuestros ingresos. Por ejemplo, podemos hacer horas extra, solicitar un aumento, cambiar de empleo o conseguir un trabajo adicional (por ejemplo, como autónomo). Todas estas alternativas están relacionadas con el trabajo y, por lo tanto, limitadas a las horas que podamos dedicar.

Sin embargo, a través de los denominados ingresos pasivos podemos obtener dinero sin necesidad de trabajar directamente para ello. Existen diversas opciones, por ejemplo:

  • Los intereses obtenidos por un depósito o una cuenta corriente.
  • Los dividendos de acciones o vehículos financieros similares.
  • La renta procedente de un alquiler.
  • Un negocio que funciona independientemente de su dueño.

También podríamos encuadrar aquí los denominados ingresos apalancados, que serían aquellos que se consiguen a través del trabajo de otras personas para nosotros, como por ejemplo, las comisiones que obtiene un jefe de equipo por las ventas hechas por sus integrantes, o los ingresos obtenidos por un franquiciador a través de sus franquicias.

Aunque normalmente han requerido un trabajo previo, los ingresos pasivos se pueden obtener sin necesidad de «estar encima», dedicándoles poco o ningún tiempo adicional. Por ejemplo, una persona puede tener un piso alquilado, tres, o cinco, y destinará más o menos el mismo tiempo a esa actividad. Por el contrario, si nuestros ingresos dependen únicamente de nuestro trabajo (no son pasivos), vamos a tener un límite en el número de horas que podemos dedicarle. Podemos cobrar más o menos por cada hora, pero siempre existirá esa restricción.