Fracking, una nueva técnica para extraer petróleo

El fracking es una técnica para extraer petróleo y gas de manera no convencional que ha ganado protagonismo en los últimos años, merced al gran auge que ha tenido en Estados Unidos. El incremento de la producción a través de este sistema ha permitido a los norteamericanos equilibrar el saldo entre lo que producen y lo que consumen, llegando incluso a levantarse la prohibición de exportar petróleo vigente en dicho país desde la crisis de los años setenta.

En qué consiste el fracking

El fracking o fracturación hidráulica es un sistema mediante el cual se explotan los yacimientos atrapados en rocas poco porosas y poco permeables, como las pizarras. Estos depósitos suelen estar situados a grandes profundidades (entre 400 y 5.000 metros), y distribuidos en pequeños poros o burbujas dentro de las rocas, por lo que para liberarlos se hace necesario romper las capas de pizarra, para que puedan fluir hacia arriba.

Para fracturar la roca, tras hacer un agujero vertical, se hace una perforación horizontal de varios kilómetros de largo a través de la cual se inyecta agua a presión mezclada con arena y algunos aditivos químicos. Una vez conseguida la fracturación, el fluido (petróleo o gas) asciende a la superficie junto con la mezcla de agua y otros aditivos, así como algunas substancias que puedan haber estado atrapadas en las rocas.

El sistema dio sus primeros pasos a mediados del siglo pasado, aunque su difusión ha sido propiciada por dos factores complementarios: el alto precio alcanzado por el crudo en los últimos años y las mejoras en la propia técnica. Ambos aspectos han permitido que cada vez fuese más rentable extraer crudo mediante este método, alcanzando el equilibrio a partir de un precio de alrededor de 70 dólares, o incluso por debajo de 35 en algunas explotaciones.

Una técnica no exenta de polémica

El gran aumento de crudo obtenido a través de este procedimiento ha propiciado que los países de la OPEP hayan iniciado una batalla para doblegar a los productores de fracking, aumentando la oferta de crudo muy por encima de la demanda para bajar los precios. Esto ha provocado que muchos pequeños productores estadounidenses hayan tenido que reorganizar sus estructuras o hayan quebrado, al no soportar unos precios tan bajos ni poder refinanciar sus deudas. Esta “guerra del petróleo” está causando también cierta inestabilidad en las bolsas, pues muchos inversores no saben a qué atenerse.

Además, el fracking cuenta con muchos detractores, puesto que algunos de los aditivos químicos que se utilizan pueden ser tóxicos o incluso cancerígenos y, a pesar de que se realiza un recubrimiento de cemento para evitar filtraciones a los acuíferos, existe cierto riesgo de que éstas se produzcan. Por otra parte, se han detectado casos en los que se ha incrementado la actividad sísmica debido a las fracturas realizadas en la roca y a las explosiones que se emplean para ello.