Lograr unas finanzas personales de diez es posible sin saber de economía

¿Qué hacer con mis ahorros? ¿Dónde invertir? ¿Dejo mi dinero en la cuenta corriente pese a la que la rentabilidad es nula, o invierto todos los ahorros en la Bolsa? Entre una y otra decisión hay muchas más opciones que dependerán del riesgo que cada uno quiera correr y del patrimonio que se quiera «jugar», siempre pensando que deberá quedar un remanente en la cuenta para imprevistos. Muchas veces no es necesario ser un experto en economía para planificar bien los ahorros, el sentido común y estar bien informado guiará muchas de las decisiones de inversión con el objetivo último de lograr unas finanzas de diez.

Hay varios dichos populares que vienen muy a cuento y que pueden ayudarnos a elegir y a dormir más tranquilos. El primero de ellos es que antes de hacer cualquier desembolso, para evitarnos disgustos debemos tener claro que “nadie da duros a pesetas”. Si ahora, que en el banco las rentabilidades son prácticamente nulas a largo plazo, hay alguien que te ofrece un 5%, un 6% o un 7%,… cuidado, léase la letra pequeña. Es lo que les pasó a todos aquellos que compraron sellos, en el caso de Fórum y Afinsa, o a los titulares de preferentes, donde la rentabilidad alcanzaba el 7%, el 8% y más del 10% en algunos casos. Sin riesgo no se consiguen esas ganancias.

Otro dicho popular vendrá muy bien al potencial ahorrador, y es que “no se deben poner todos los huevos en la misma cesta”. Si tenemos ahorros lo mejor es repartirlos, según nos repiten los expertos. Cualquier decisión hay que tomarla en función de las expectativas de cada uno y, sobre todo, del plazo en el que queremos disponer de nuestro dinero. Acciones, depósitos, fondos… Un mix de inversiones es lo más adecuado y ojo, no debemos olvidarnos del trato fiscal, porque también es clave.

Dicho todo lo anterior, la pregunta ahora es ¿qué productos elegir? Los clientes más conservadores no están de enhorabuena porque las fórmulas de ahorro para estos perfiles están siendo penalizadas. Con los tipos de interés en el 0% y el sistema anegado de liquidez, la remuneración de los depósitos está prácticamente en cero frente a las rentabilidades superiores al 5% que los bancos llegaron a ofrecer en 2008 por las cuentas a un plazo fijo de un año. Las Letras del Tesoro también están en negativo, aunque en este caso los inversores siguen pagando por invertir en deuda española.

Aprovechando ese escenario y ante la necesidad de incrementar la rentabilidad, los bancos están desplazando el ahorro de esos clientes hacia cuentas remuneradas con rentabilidades más altas a cambio de una mayor vinculación con el banco. Es decir, como contrapartida a un rendimiento más alto, se exige al cliente domiciliar la nómina, contratar determinados productos –seguros, por ejemplo– y una mayor operativa.

Las estadísticas reflejan que las escasas ganancias de los depósitos han provocado que los ahorros se estén fugando a los fondos de inversión, una opción que en lo que va de año ha crecido casi un 16%. Para un inversor conservador pueden existir algunas alternativas a los depósitos, aunque siempre se asumirá algo más de riesgo. Podríamos encontrar aquí los fondos monetarios, fondepósitos o renta fija a muy corto plazo. Si, por el contrario, quiere arriesgar y convertirse en un intrépido inversor, siempre tendrá la Bolsa. Este año está siendo una buena opción, ya que la rentabilidad roza casi el 16% por el tirón de los resultados empresariales. En 2016, sin embargo, por efecto entre otros del Brexit, el mercado español cerró en rojo, con un retroceso del 2%.

En el abanico de posibilidades que tiene el ahorro, está la opción de los planes de pensiones pensando en el largo plazo. Aunque las pensiones estén garantizadas, en el futuro sus cuantías serán inferiores o habrá que trabajar más para cobrar lo mismo. Si hace 40 años los trabajadores se jubilaban a los 65 y la esperanza de vida era de 72, sólo había que pagar pensiones durante siete años. Si hoy vivimos una media de 85 años, esas pensiones hay que mantenerlas durante 20 años. En 2019, además, entrará en funcionamiento el Factor de Sostenibilidad, un índice que ligará la renta a percibir con la esperanza de vida en ese momento, lo que hará que los jubilados perciban a igual contribución el mismo importe de pensión. Si lo que se busca es mantener el nivel de vida cuando nos jubilemos, ésta puede ser la opción más adecuada.

Y siempre nos quedará el “ladrillo”. La vivienda gana por goleada entre las inversiones que realizan los españoles. El sector inmobiliario ha comenzado a recuperar el brillo perdido y ha enfilado 2017 como el año de su consolidación, dicen los expertos. Cada vez se venden más casas y los precios suben con fuerza. En 2016 lo hicieron un 4,7% y hasta marzo más de un 5% , según el INE. Las previsiones son al alza.