¿En qué consisten los bonos convertibles y canjeables?

Cuando en los medios de comunicación se habla de financiación empresarial se suele poner como ejemplo de ésta el crédito bancario o el mercado de renta variable, pero poco se habla de las diversas formas de financiación que tiene una empresa en el mercado de renta fija privada.

Uno de los productos financieros de renta fija que es utilizado con frecuencia por las empresas para su financiación son los denominados bonos convertibles.

Lo que busca la empresa a la hora de emitir estos bonos convertibles es captar financiación ajena para posteriormente transformarla en financiación propia, es decir, en recursos propios de la empresa, mediante un proceso de conversión de la deuda en acciones.

Este procedimiento de canje se puede realizar de dos formas diferentes, bien a través de la emisión de acciones nuevas (ampliación de capital), o bien mediante el canje de acciones viejas (reducción de la autocartera de la empresa). A esta última modalidad también se le denomina bono canjeable.

A diferencia de los bonos tradicionales de renta fija, los bonos convertibles presentan unas menores rentabilidades debido a la posibilidad existente de ser transformados en acciones. La clave a la hora de analizar la rentabilidad de este tipo de productos está en conocer la modalidad del precio de ejercicio, es decir, al precio al que se puede ejercitar la conversión de los bonos en acciones.

Así, si el precio de ejercicio es el precio de mercado de la acción, la cotización de los bonos convertibles presentará precios y volatilidad similares a la de los bonos de renta fija tradicionales con vencimiento a plazos similares.

Por su parte, si el precio de ejercicio de los bonos convertibles viene determinado por un precio fijo, éstos estarán muy afectados por la cotización de la acción a convertir, puesto que el precio del bono dependerá de la posibilidad de ejercicio de dicha opción.

Llegada la fecha de conversión, el tenedor de bonos convertibles se enfrenta a dos posibilidades:

  1. Convertir los bonos en acciones, cuando el precio de ejercicio sea superior al de mercado.
  2. Mantener sus bonos hasta el vencimiento, cobrando el cupón pactado hasta dicho vencimiento.

Las emisiones de bonos convertibles han tenido su momento álgido en el mercado español durante los años 80, y posteriormente su aplicación ha sido residual. A día de hoy los bonos convertibles son productos financieros que son utilizados con frecuencia por empresas de países como Francia, Reino Unido o Estados Unidos.