Deuda pública española

¿Alguna vez te has parado a pensar cómo se acomete la construcción de una carretera, de un hospital…?  El punto de partida es el presupuesto del Gobierno, que se compone de una serie de ingresos (cotizaciones de los trabajadores, impuestos, multas, los beneficios de las empresas públicas…) y diversos gastos (funcionamiento de la administración, pago de pensiones, gasto en infraestructuras….).

El Estado español debe ingresar dinero en sus arcas para poder hacer frente a sus gastos y poder ofrecer a los ciudadanos los servicios públicos asociados al denominado Estado de Bienestar.

Tal vez nuestra idea de un presupuesto perfecto es que los ingresos son superiores a los gastos y que además siempre haya dinero disponible a la hora de hacer los pagos. Pero en el mundo real, esto no es así. Otro día podremos abordar el tema del equilibrio presupuestario, pero hoy queremos centrarnos en la deuda pública.

En ocasiones, el Estado necesita endeudarse, pedir prestado, para poder hacer frente a todos sus pagos y obligaciones. Uno de las opciones que tiene a su disposición es emitir deuda pública.

¿Qué es la deuda pública?

El Estado emite títulos de deuda en el mercado financiero para que los potenciales inversores compren estos activos. El proceso es sencillo: el inversor compra un título a subasta donde las condiciones ya están prefijadas de antemano; deposita cierta cantidad de dinero con el fin de recibir intereses en unas fechas predeterminadas, y al final de la vida del título, en la fecha de vencimiento, recuperar el capital invertido inicialmente.

Cabe mencionar que un inversor no tiene por qué esperar al vencimiento de la deuda para recuperar su dinero, ya que existe un mercado secundario en el que se pueden comprar y vender títulos de deuda pública.

Cada título tiene un valor nominal de 1.000 euros. La deuda pública española se clasifica en tres tipos en función de la vida del título en el momento de la emisión: letras del tesoro, bonos y obligaciones.

Letras del Tesoro

Las Letras del Tesoro son aquellos títulos que emite el Estado con un periodo de vida comprendido entre 3 y 18 meses. Este periodo se refiere al tiempo que transcurre desde que se emite la deuda hasta el día de vencimiento.

Las Letras del Tesoro, a diferencia de los otros títulos de deuda pública, se emiten al descuento. Esto quiere decir que el primer día se paga una cantidad inferior a 1.000 euros por título, y en el vencimiento el inversor recibe 1000 euros por título. Por tanto, el rendimiento que se obtiene es la diferencia entre el precio inicial y la devolución final. El precio de compra dependerá de la demanda por parte de los inversores. Si perciben mayor riesgo el precio será menor, mientras que si es el riesgo percibido es menor, el precio se incrementará.

Bonos

Los bonos son aquellos títulos que emite el Estado con un periodo de vida de entre 3 y 5 años. El funcionamiento es el siguiente: el día de la emisión los inversores compran títulos a subasta y saben desde ese instante los intereses anuales (también llamados cupones) que recibirán y el día exacto que se producirá la devolución de 1.000 euros por título junto con el último cupón anual.

El precio de compra se fija de la misma forma que en las Letras del Tesoro, pero en este caso, el inversor recibe intereses cada año. Por tanto, la ganancia se compone por la diferencia entre precio de compra y los 1000 euros de nominal más la suma de todos los cupones percibidos. Esto será así si la persona decide esperar al vencimiento, si vende el título antes en el mercado, el dinero percibido será diferente: la diferencia entre el precio de compra y el de venta sumando los cupones recibidos hasta el día de la venta.

Obligaciones

Las obligaciones son los títulos emitidos por el Estado con un vencimiento comprendido entre 10 y 30 años. En alguna ocasión puntual se han emitido algunos a 50 años vista.

El funcionamiento es exactamente el mismo que los bonos, es decir, dan unos cupones anuales y la devolución de 1.000 euros por título el día de vencimiento.

A veces se utiliza indistintamente la palabra bono y obligación del Estado, pero hay que destacar que según define el Tesoro, la única diferencia entre ambos es el periodo de vida que hemos explicado.

Para terminar, cabe recordar que además de este tipo de emisiones convencionales, el Tesoro ha llegado a emitir deuda con características especiales. Esto es, deuda denominada en dólares en lugar de euros así como los denominados bonos ligados a la inflación, en los que el cupón no es fijo, si no que depende del IPC.