Cómo un diario económico puede ser un aliado para tus finanzas personales

Es difícil negar que cualquier decisión informada tiene mayores posibilidades de tener éxito. No tomarse el tiempo necesario para estudiar las consecuencias de nuestros actos puede tener un coste alto en cualquier ámbito de nuestra vida, pero hacerlo con las finanzas personales puede ser todavía más caro. Y la manera más simple de informarse y reducir ese coste es leer prensa económica.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que hacerlo tampoco nos libra del riesgo: casos como las preferentes o las cláusulas suelo no se anticiparon en la prensa, si bien con algo de información quizá habría gente que se lo hubiera pensado dos veces antes de contratar un producto de ahorro, en teoría seguro como las preferentes, que ofrecía sin embargo una rentabilidad muy por encima de los depósitos.

Como se ha dicho siempre, nadie da duros a cuatro pesetas, incluso aunque fuera el director de la sucursal de toda la vida el que te lo vendiera. Cierto es, nadie anticipó lo que pasó después, pero al menos en los medios se advirtió (quizá no tanto como se hubiera debido) del riesgo de unos productos que llegaban a ofrecer una rentabilidad del 8%, más del doble que los depósitos.

De hecho, estos escándalos pusieron de manifiesto que la educación financiera es un problema. Según una encuesta de Cofidis, elaborada por Ipsos y el economista Gonzalo Bernardos, más de la mitad de los españoles suspendería un test de economía básica con preguntas sobre asuntos tan cotidianos como en qué fijarse para saber cuánto se paga de hipoteca.

¿Qué hacer con mi dinero?

Esta es básicamente la pregunta que nos hacemos cada día. No por casualidad han tenido tanto éxito los comparadores en Internet: de seguros, de habitaciones de hotel… Al final nadie quiere pagar de más, tampoco al banco. Y la prensa nos puede ayudar de diferentes maneras: desde saber a cuánto está a día de hoy el depósito medio y qué debo mirar a la hora de contratarlo; a saber si me están cobrando comisiones de manera indebida, por ejemplo, por descubiertos.
También es relativamente frecuente encontrar consejos para gestionar nuestro dinero, desde decisiones pequeñas, como por ejemplo cómo afrontar las rebajas para no ser engañados, a decisiones de importancia vital, como la adquisición de una vivienda.

La vivienda, la decisión más difícil (y para la que hay que informarse más). Precisamente el apartado de la vivienda, tanto por sus consecuencias (es la mayor decisión económica que hacen la mayoría de los ciudadanos) como por la experiencia de la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria, es quizá donde estar informado sea más importante, tanto para tomar la decisión de compra como para la época en que se vive en ella como para el caso de venderla o incluso cederla a algún familiar.


La información sobre precios, hipotecas, recomendaciones o sentencias judiciales abunda en los medios. Información más general como la variación de precios o información más específica sobre la rentabilidad de alquilar una vivienda. O información importante de actualidad, como por ejemplo si tenemos una hipoteca con cláusula suelo cómo se puede reclamar, como tributa o el calendario para negociar con el banco. Estar informado también nos ayudará a evitar sorpresas con los impuestos en la vivienda, como por ejemplo con la subida del IBI.

Precisamente en el aspecto de los impuestos, la prensa puede ayudar al contribuyente. Con cada campaña de declaración de la renta, los medios suelen hacer informaciones especiales para ayudar con los trámites, conocer las novedades, listado de deducciones, el calendario para presentarlas… información de servicio que ayuda incluso con lo más novedoso. Por ejemplo, sepa que si vende por Wallapop o alquila su piso a turistas a través de AirBnB, tendrá que declararlo.

Mejor no invertir a ciegas

Depósitos, hipotecas, impuestos, rebajas… hasta ahora hemos visto el papel que puede hacer la prensa en los apartados financieros más habituales. Un papel de ayuda con las decisiones, pequeñas o grandes, que probablemente tendrán que afrontar todos los ciudadanos. Pero si se quiere ir más allá y adentrarse en el mundo de la inversión para mejorar la rentabilidad de cada euro, la lectura de la prensa económica pasa de ser recomendable a ser prácticamente imprescindible.

Si damos el paso tendremos básicamente dos opciones: pagar a alguien para que mueva nuestrodinero (básicamente ir a una gestora y contratar fondos de inversión) o intentar hacerlo por nuestra cuenta. Aunque parezca que no, en el primer caso es tan importante como en el segundo informarse bien, y en ambos casos puede contar con la ayuda de la prensa económica.

Si nos decantamos por la primera opción y buscamos asesoramiento, en la prensa podemos encontrar ránkings de fondos y gestores, información útil como el cobro de comisiones, buscadores e incluso guías en función del riesgo que quiera asumir. Y, como en cualquier ámbito de la vida, quizá tengamos conocimiento de alguna estrella del mundo de la inversión, o de las últimas tendencias, como los ETF (fondos cotizados).

Si tomamos la opción de Juan Palomo, la lectura de prensa será todavía más importante. Si no tenemos conocimientos previos, podremos encontrar glosarios y diccionarios de términos para empezar a adentrarnos en el ‘mundillo’; una vez que empecemos, tenemos a su disposición cotizaciones para seguir la evolución del mercado día a día, noticias sobre los valores en los que invierta, recomendaciones sobre acciones o productos concretos… será cuestión nuestra elegir.

Y una vez que lo haya hecho, seguirá necesitando información en aspectos como los dividendos: saber cuándo los cobrará o la mejor forma de cobrarlos si la empresa da varias opciones, como hizo por ejemplo Telefónica el año pasado.

Se suele decir que la información es poder. En el contexto de las finanzas personales debemos tomarlo al pie de la letra: cuanto más conozcamos, mejores decisiones podremos tomar. Y la información especializada más accesible está en la prensa económica. Pero no lo olvide: la decisión final tiene que ser nuestra.