¿Cómo puedo usar la Beta de las acciones para mejorar mis inversiones en Bolsa?

Una de las principales cuestiones que debemos resolver a la hora de planear una inversión es el riesgo que estamos dispuestos a asumir. Normalmente, riesgo y rentabilidad van en el mismo sentido, de manera que, si queremos alcanzar una rentabilidad superior, debemos asumir un riesgo mayor y, por el contrario, si preferimos tener más seguridad, deberemos conformarnos con un rendimiento más bajo.

Dependiendo del perfil inversor que tenga cada uno, debería tener siempre presente la diversificación como una técnica que permite alcanzar la rentabilidad deseada sin asumir riesgos excesivos.

Volatilidad y beta

En el ámbito de la inversión, habitualmente se mide el riesgo en función de la volatilidad de ese activo. La volatilidad mide las variaciones que tiene con respecto a su propia media, de manera que, cuanto más varía, más volátil es. La beta también es una medida de la variabilidad de la cotización, pero medida en relación a lo que varía el promedio del mercado.

En España, es habitual hablar de las betas de los valores que componen el índice IBEX 35:

beta1

El valor de beta = 1 corresponde a la variación promedio del IBEX. De esta manera, las acciones con una beta superior a la unidad varían más que el propio índice, es decir, cuando suben, ascienden más que el IBEX, y cuando descienden, lo hacen en mayor proporción. Por su parte, los valores con una beta inferior a 1 varían a menor ritmo que el índice.

Otra manera de expresar esto es que las acciones con una beta menor a 1 se pueden considerar valores defensivos o refugio: no nos proporcionarán tanta rentabilidad en las subidas, pero tampoco caerán tanto cuando el mercado sea bajista. Por su parte, las que tienen betas más elevadas suelen ser llamadas valores agresivos.

Veamos cómo funciona tomando como referencia Enagás, una de las acciones defensivas por antonomasia, con unos ingresos y unos resultados estables. Su beta es de 0,72. Esto quiere decir que, en promedio, cuando el IBEX 35 suba un 10%, Enagás sólo subirá un 7,2%, pero cuando el índice descienda un 10%, la gasística sólo lo hará en el 7,2%.

En el caso de Grifols y Amadeus, por ejemplo, sus bajas betas se podrían explicar por su internacionalización, por lo cual su correlación con el IBEX es menor.

¿Cómo podemos utilizar la beta en nuestras inversiones?

Una vez entendido en qué consiste este indicador y cuáles son sus implicaciones, veamos cómo podemos utilizarlo para adecuar las inversiones a nuestro perfil de riesgo y a la situación del mercado.

Si el perfil inversor es conservador (de riesgo bajo o moderado), además de tener una menor proporción de nuestro patrimonio en bolsa, tenderemos a elegir valores con betas bajas para no sufrir en exceso cuando el mercado tienda a la baja.

Si nuestro perfil es más agresivo y consideramos que el mercado va a subir, elegiremos valores con betas altas, ya que es de esperar que suban más de lo que lo va a hacer el índice.

Si la situación del mercado es de alta volatilidad, y especialmente, si hay poco volumen de negociación (estas circunstancias se producen habitualmente en agosto, mes que ha sido mayoritariamente bajista en los últimos doce años), deberíamos decantarnos por valores con betas bajas (o directamente, abstenernos de invertir).

Si invertimos en compañías con una baja beta a causa de su internacionalización, estamos en cierta medida diversificando.

¿Es suficiente con fijarnos en la beta?

Una limitación de este índice es que, como otras muchas ratios que se utilizan habitualmente, se basa en datos pasados (como reza el viejo dicho inversor, rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras). Para subsanar este inconveniente, como la beta mide la variabilidad en un período de tiempo anterior, podemos fijarnos en la evolución de la misma en períodos de tiempo más amplios, o bien examinarla en base a distintos intervalos. El operador de los mercados españoles, BME, ofrece en su informe mensual datos sobre las betas a 20, 60, 120 y 250 sesiones.

Por otro lado, usar un solo dato a la hora de seleccionar una acción puede llevarnos a decisiones erróneas. Mirar la beta es importante, sí, y nos ayuda a situar el tipo de inversión de que se trate, pero siempre es conveniente tener en cuenta más variables.

beta2

De esta manera, además de utilizar la beta, podremos analizar otros datos, como el volumen negociado, la ratio entre el precio y el beneficio (PER), el Beneficio por Acción (BPA), la rentabilidad por dividendo, la relación entre el precio y el valor contable, etcétera.

Y además, podemos contar con información técnica, como las resistencias y los soportes, el momentum (que muestra la aceleración y desaceleración en los cambios de los precios entre el momento actual y un momento de hace “n” sesiones), el MACD (que nos indica, a través de ciertas convergencias o divergencias en la media móvil, cuándo comprar o vender), el RSI (índice de fuerza relativa), etcétera.