Ahorra en el supermercado, cómo gastar menos en tu compra habitual

Para muchas personas, ahorrar no es fácil, y por eso, hoy vamos a profundizar en un apartado que nos puede dar juego: “la compra”.

La compra es una parte del gasto que no podemos evitar. Todos tenemos que comprar comida para alimentarnos, productos de limpieza para el hogar, etcétera. Además, supone un importante porcentaje del gasto común para muchas personas.

Cuánto gastamos en alimentación

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los hogares españoles gastan anualmente más de 4.100 euros en alimentación y bebidas no alcohólicas, lo que supone, de media, un 15% del presupuesto total.

Dentro de este importe, destaca el gasto en carne, que supone unos 1.000 euros de promedio por hogar, seguido del gasto en pan y cereales (unos 600), en leche, queso y huevos (unos 500) y en pescado (también unos 500).

Con qué productos podemos ahorrar

El gasto en alimentación se ha mantenido más o menos constante durante los años de la crisis, debido a que cubre una necesidad básica. No obstante, esto no quiere decir que se consuma siempre el mismo tipo de productos.

Marca blanca

Durante los últimos años, la marca blanca ha sido la reina de los supermercados, creciendo cada año y con una cuota de mercado que ronda el 35%. Los consumidores que buscaban productos baratos acudían a este tipo de productos, aunque en algunos casos, la calidad no fuese demasiado alta.

No obstante, este crecimiento se ha estancado en los últimos tiempos, y hoy en día, la marca blanca ya no es tanto sinónimo de productos baratos como de artículos con una buena relación calidad-precio. En la actualidad, los artículos de marca blanca son producidos, en muchos casos, por grandes marcas, con lo cual han aumentado su calidad, pero a costa de no ser tan baratos.

En algunos tipos de productos, la marca blanca reina claramente, como en el caso de los yogures (53%), leche (52%), productos del hogar (48%) y snacks y chocolates (47%).

También es cierto que hay algunas cadenas de supermercados que potencian más este tipo de productos, como Mercadona, Día o Lidl, mientras que otras tienen una fuerte presencia de primeras marcas, como El Corte Inglés, Carrefour o Alcampo.

Ofertas

Muchas veces, vemos ofertas en el supermercado que nos hacen “picar”. Desde los clásicos lleve X y pague X-1 (las típicas ofertas 3×2, 2×1…), pasando por las que rebajan el precio a mayor cantidad comprada (2ª unidad al 50%, al 70%…). Hay una gran variedad, y es importante comprender qué significa cada tipo de oferta.

No obstante, aún entendiendo que podemos obtener un ahorro aprovechando estas promociones, también hay que tener presentes otras consideraciones, si queremos que el teórico ahorro no se convierta al final en un mayor gasto:

  • Normalmente, en los distintos supermercados encontraremos productos que están “de oferta” (o a buen precio) y otros que no están tanto. En general, consiguen que vayamos a comprar atraídos por el gancho de algún producto en concreto, y terminemos comprando muchos otros que no están nada baratos.
  • En ocasiones, los precios de los que parte la oferta están inflados, o no son tan buenos en comparación con otros similares, tanto de otros supermercados, como incluso en el propio establecimiento que hace la oferta. Para evitarlo, comprueba la información del precio por kilogramo/litro, que suelen incluir las etiquetas.
  • La frecuencia de la compra también es una cuestión a considerar. Si bien es lógico que los productos frescos los compremos con cierta asiduidad, tenemos que tener en cuenta que cuantas más veces vayamos a hacer la compra, mayor gasto tendremos (en desplazamientos, en tiempo…). Por eso, es importante planificar, al menos, una compra grande semanal, en la que podamos aprovisionarnos de productos para el consumo de esa semana y de otros más duraderos que nos sirvan como “fondo de despensa”.
  • Ei tipo de alimentación también es importante. En los últimos años, ha habido un auge de las comidas congeladas y precocinadas, que son más caras que sus equivalentes frescos (aparte de que, en general, suelen ser menos saludables).
  • Hay que tener en cuenta las cantidades que adquirimos. En productos no perecederos, o que tienen una fecha de consumo preferente muy lejana, no pasa nada por que compremos una gran cantidad. Sin embargo, en el caso de productos frescos (carne, pescado, yogures…), si adquirimos cantidades excesivas, es posible que se nos estropeen, con la consiguiente pérdida de dinero.

Basta recordar que, según el Ministerio de Agricultura, en España se tiran cada año 7.700 millones de kilos de alimentos, de los cuales, unos 1.300 millones corresponden a los hogares. Esto quiere decir que cada hogar español tira más de un kilo de comida a la semana, el 80% de la cual se desecha tal y como se ha comprado.

¿Es mejor ir al supermercado o hipermercado, o a la frutería, carnicería y pescadería de barrio?

La respuesta a esta pregunta tiene muchos matices. Los supermercados reinan claramente en los productos no perecederos, pero ¿qué sucede con los frescos?

Algunas cadenas han tratado de potenciar estas secciones, ofreciendo productos de más calidad, y vendiendo más productos de la zona en la que se ubican, tratando de que se parezca más a lo que se puede encontrar en los establecimientos especializados. En muchos casos, no obstante, el género que encontramos en las tiendas de barrio es de mejor calidad que el de la gran superficie.

En cuanto a los precios, en muchos casos es posible encontrar mejores precios en los supermercados, si bien es posible que la calidad y/o la frescura que encontremos allí no sea exactamente la misma. Si nos decantásemos por productos ecológicos, más caros, la cosa ya no está tan clara.

Además, como indicábamos, hay que tener en cuenta que los productos frescos deberían ser de compra más habitual (para evitar tirarlos), con lo cual lo que nos podamos ahorrar en la compra en el supermercado o hipermercado quizás lo gastemos en el transporte.

Hipermercados y supermercados más baratos

En algunos estudios que se publican periódicamente, se destaca que la diferencia entre hacer la compra en un establecimiento u otro en España podría rondar los 1.000 euros anuales.

Evidentemente, esto tiene truco, puesto que si el estudio indica que el supermercado más barato de España es el Alcampo de Vigo, los que no son de esa zona no van a ir allí a hacer la compra. Tampoco se puede, en general, comparar establecimientos “normales” con tiendas gourmet.

En cualquier caso, sí que nos hace reflexionar acerca de que se pueden ahorrar unos buenos euros en la cesta de la compra, según el establecimiento o establecimientos que frecuentemos.

Algunos de los más baratos son:

Supermercados Dani

Se anuncian como la cadena más barata de España (y los estudios corroboran que es una de las más baratas). Sólo se encuentran en algunas provincias andaluzas.

Alcampo

Su combinación de precios bajos, marca blanca y ofertas hace que esta cadena también sitúe varios de sus establecimientos entre los primeros puestos del ranking.

Mercadona

Su política de Siempre Precios Bajos, en conjunción con la potencia de sus marcas blancas, consiguen situar a esta cadena entre las más baratas.

Día

La cadena Día también ofrece buenos precios, fundamentados en sus propias marcas, pero también en algunos casos, en las marcas de fabricante.

Lidl

La enseña alemana ha crecido mucho en España, con una estrategia basada en la calidad-precio: productos de marca propia con una calidad media (o incluso destacada, en algunos casos), a un precio muy competitivo.

Aldi

Otro de los representantes alemanes del llamado hard discount, al igual que Lidl (aunque ambas han evolucionado en parte hacia el modelo de supermercado tradicional). También está aumentando su cuota de mercado en España, con una mayor penetración en Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana.